La murciana Bárbara Rey llegó el pasado lunes al plató de Telecinco como si fuera Ángel Cristo entrando en la jaula de los leones. Con una actitud defensiva, desafiante e impertinente, Bárbara tenía el guion aprendido y no admitía réplicas, ni siquiera cuando lanzaba dardos envenenados hacia los colaboradores presentes.
El primero de sus ataques fue dirigido a Álvaro García Pelayo, esposo de la periodista Sandra Aladro:
“Qué raro que estés tú aquí y no tu mujer. ¿No ha tenido tiempo de maquillarse?” Una falta de respeto que Santi Acosta cortó de inmediato:
“Dejemos la vida personal de los presentes fuera de esto.”
A pesar de la advertencia, Bárbara continuó:
“Si vamos a empezar mal… Si no se puede decir lo que uno quiere… En este programa se me está dejando mal como madre, como artista… ¿Y no voy a poder hablar? Pues me siento aquí y ya está.”
Finalmente, el presentador dejó claro quién mandaba:
“Yo soy el presentador y yo marco los límites.”
Choque continuo entre Bárbara Rey y García Pelayo
Este rifirrafe no fue más que el comienzo. El tira y afloja entre Bárbara Rey y García Pelayo se mantuvo durante toda la noche. La exvedette atacaba al periodista, quien conoce la historia casi mejor que ella misma, y lo calificó de “mentiroso”.
“No puedes controlar la historia porque es histórica,” le dijo García Pelayo, después de que Bárbara acusara a Santi Arriazu, mediador entre ella y el CNI, de grabar sus conversaciones:
“No tienes vergüenza. Yo no vendí nada, fue Arriazu y compañía. Me dicen que van a negociar con ese material, mi hijo va a recogerlo a Totana con Hugo, el hijo de Arriazu, y no sé nada más,” respondió Bárbara.
La situación escaló cuando ella insinuó que García Pelayo tenía motivos personales para insistir en su versión:
“Este señor quiere tener la razón porque se lleva el 20% de lo que gana mi hijo, es normal,” dijo, lo que dejó al periodista visiblemente molesto.
El rol de García Pelayo como representante de Ángel Cristo
Es importante recordar que García Pelayo, fundador de la agencia de noticias Korpa, es el representante de Ángel Cristo, el hijo de Bárbara Rey. Es quien negocia cada una de sus apariciones mediáticas, desde exclusivas en la revista Lecturas hasta su participación en Supervivientes. Incluso se encargó de la venta de imágenes de Juan Carlos I comiendo paella con Bárbara Rey a la prensa alemana.
“Nunca más”
El enfrentamiento alcanzó su punto álgido cuando Bárbara aseguró que Juan Carlos I sabía que estaba siendo grabado en la Calle Sextante, algo que García Pelayo negó rotundamente:
“Entiendo que no lo recuerdes, pero estoy aquí para refrescar tu memoria,” dijo el periodista.
La respuesta de Bárbara fue contundente:
“Perdona, un momento. Dime lo que quieras, pregúntame lo que quieras, pero nunca digas que vas a refrescar mi memoria. Refresca la memoria de tu madre, pero a mí me dejas en paz. Estoy muy sana y muy bien, ¿vale? ¡Nunca más!” concluyó, alzando la voz.
Otros enfrentamientos en el plató
Por supuesto, García Pelayo no fue el único objetivo de los dardos de Bárbara. También tuvieron su momento Alessandro Lequio y Ángela Portero. A Lequio, sobrino de Juan Carlos I, le comentó:
“Me cuesta mucho hablar contigo, ya te diré por qué después.”
A Portero, cuando negó sus afirmaciones, le replicó:
“No dejas de mover la cabeza, para ya o te vas a quedar con el cuello rígido.”
Finalmente, Bárbara dejó claro su disgusto:
“Tengo sentimientos, quizás no soy como tú. Por ejemplo, no soy capaz de hundir a media España y machacar y machacar.”
El enfrentamiento dejó claro que Bárbara Rey, fiel a su carácter, no está dispuesta a quedarse callada, incluso si eso significa desafiar a todos en el plató.