Miles de manifestantes, con banderas y pancartas, salieron a las calles de las Islas Canarias el domingo para exigir restricciones al turismo masivo, el cual consideran que está abrumando su archipiélago atlántico.

Bajo el lema “Canarias tiene un límite”, los manifestantes comenzaron a marchar al mediodía en los puntos turísticos de las siete principales islas del archipiélago.

Los protestantes se reunieron frente a un centro de convenciones en Maspalomas, en la isla de Gran Canaria, en el único parque acuático de la isla de Fuerteventura y en el distrito de vida nocturna de Playa de las Américas, en el suroeste de Tenerife.

Agitando las banderas blanca, azul y amarilla de las Islas Canarias, y cantando y silbando, los manifestantes avanzaron lentamente junto a turistas sentados en terrazas al aire libre en Playa de las Américas, antes de reunirse en la playa.

“Esta playa es nuestra”, coreaban mientras los turistas, en sus tumbonas bajo sombrillas, observaban la escena.

La manifestación se produce tras grandes protestas realizadas en abril en las plazas de varias localidades del archipiélago, en contra de un modelo de turismo masivo que, según los críticos, favorece a los inversores a expensas del medio ambiente y que desplaza a los residentes locales de la vivienda, obligándolos a aceptar trabajos de bajos salarios.

Iván Cerdena, portavoz del grupo ambiental local ATAN, que ha desempeñado un papel fundamental en las protestas, dijo que los organizadores querían llevar las manifestaciones “al epicentro de este modelo turístico injusto” en esta ocasión.

“Estas áreas turísticas con sus enormes bloques de cemento, creadas para el uso exclusivo de turistas, son los lugares donde creemos que debemos ejercer un poco más de presión para ver si el gobierno nos presta atención de una vez por todas”, declaró a la televisión local antes de la protesta.

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