No, David Broncano no llegó tarde. Llegó como solo él sabe hacerlo en Nochevieja: deslizándose por el tejado del emblemático edificio de Tío Pepe. Abajo, su tambor. Entre medias, los Lunis, que sinceramente, no sé qué estaban haciendo ahí. Pero bueno, esto es… ¡Televisión Española! Y así, Broncano bajó, colocó su tambor, se giró hacia la cámara y comenzó el espectáculo. Porque la primera Nochevieja de LalaChus y David Broncano fue como todas las noches en La Revuelta: una revolución.

Dudo mucho que en la historia de las campanadas haya existido algo como lo que hicieron LalaChus y David Broncano. Porque ellos bromean con todo y con todos, triunfando gracias a su humor único. Hacen que las bromas se conviertan en una necesidad, porque todos necesitamos reírnos más.

Autenticidad y Éxito en el Balcón

No hicieron nada simbólico ni fuera de lo común. David Broncano y LalaChus simplemente fueron ellos mismos, y eso es lo que los ha llevado a ser las grandes estrellas de RTVE. Ellos son risas, son humor, y son capaces de reírse de sí mismos y de los demás con la misma naturalidad.

Tan auténticos fueron que invitaron a las personas disfrazadas de personajes infantiles a subir al balcón de RTVE en la Puerta del Sol, para que los niños pudieran hacerse fotos con ellos. Solo ellos podían tener una idea tan simple y genial.

¿Podríamos imaginar a Ramón García, Ana Obregón, o Anne Igartiburu haciendo algo así minutos antes de las campanadas? Ni en sueños. Esa es la clave de su éxito: hacer de la televisión un espectáculo tan sencillo que parece que cualquiera podría hacerlo, pero que en realidad solo ellos se atreven a llevar a cabo.

Momentos Memorables y Mensajes Poderosos

LalaChus estaba emocionada, deslumbrante y nerviosa. Broncano, por su parte, era más Broncano que nunca, hablando en euskera, catalán, gallego o cualquier idioma que le pusieran delante. Aunque dirigir las campanadas fue un desafío más en su carrera, se dejó conquistar por la magia del momento.

De todas las frases que dejaron, una destacó especialmente: “Ojalá que en 2025 dejemos de opinar sobre los cuerpos de los demás porque todos los cuerpos son válidos, sean del tamaño que sean, y hemos venido aquí a pasarlo bien.” Olé por LalaChus, mil veces olé.

Un Público Entregado en la Puerta del Sol

Las 15,000 personas reunidas en la Puerta del Sol gritaban cada vez que LalaChus y Broncano aparecían en el balcón. Incluso si estabas viendo Antena 3 o Telemadrid, se podían escuchar los gritos del público saludando a estos dos presentadores.

Broncano, fiel a sus raíces, escogió aceitunas de Jaén como su símbolo de la noche, mientras que LalaChus sorprendió sacando una foto de la vaquilla del Grand Prix. Solo ella podía despedir el 2024 de esa forma.

Cuando llegó la medianoche, ambos estaban tan metidos en su papel que casi se olvidaron de las uvas. LalaChus terminaba de comerlas mientras Broncano intentaba no atragantarse. Después, volvieron de comerciales y seguían tan en su mundo que ni siquiera estaban seguros de si seguían en directo.

Un Cierre Inolvidable

“¡Feliz Año Nuevo, Cristina y Alberto!” gritó Broncano, cerrando la noche con su estilo único. Entre bromas y risas, pidió ser presidente del Real Madrid. Con Broncano nunca se sabe, pero su autenticidad lo convierte en irrepetible.

Así terminó la Nochevieja más original y divertida que se recuerda. Un espectáculo único que solo ellos podían ofrecer.

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