En un partido caracterizado más por la emoción que por el juego pulido, el Barcelona recuperó el segundo puesto de la clasificación de cara al próximo choque contra el Girona este sábado en Montilivi. En medio de unas pésimas condiciones meteorológicas de lluvia y viento en un estadio ya poco acogedor, el Barcelona afrontaba su primer partido desde la confirmación de la continuidad del técnico Xavi en el club. A pesar de varios errores y de jugar contra diez hombres durante toda la segunda mitad, el Barcelona consiguió una reñida victoria ante el Valencia. El equipo logró tres goles, todos de cabeza, dos de córner y uno de falta.

El primer objetivo en juego para los blaugrana es conseguir el subcampeonato, lo que les permitiría acceder a la próxima Supercopa. Se enfrentaron a un Valencia resistente bajo el liderazgo de Rubén Baraja y un grupo de jóvenes talentos. Los únicos avances del Valencia se produjeron a través de jugadas aéreas, con Fermín y Lewandowski encontrando la red, este último anotó dos veces para completar un triplete, incluido un gol de tiro libre.

Después de sufrir dos derrotas consecutivas que dejaron su temporada hecha jirones, el Barça intentó salvar lo que pudiera de una situación sombría, casi desesperada. Con poco que perder, el técnico blaugrana optó por el mismo once inicial que en el encuentro anterior, a excepción del lesionado De Jong, que fue sustituido por Fermín. Fermín, conocido por su inquebrantable motivación y su incansable ética de trabajo, intervino y brindó un impulso muy necesario al equipo, considerando las difíciles circunstancias en las que se encuentra actualmente el Barcelona.

Desde el principio quedó claro que la posesión era íntegramente del equipo de Xavi. Sin embargo, crear oportunidades de gol era una historia completamente diferente. Desde el principio se hizo evidente que Araújo y Cubarsí, que fue sustituido en el descanso, no estaban rindiendo al máximo, lo que permitió al equipo de Cain aprovechar los balones largos, sobre todo por el ritmo de Peter y el impacto del viento. Hugo Duro y Peter estuvieron cerca de marcar en jugadas parecidas, pero fue Fermín quien abrió el marcador. El centrocampista saltó prodigiosamente para cabecear un centro de Raphinha y puso a su equipo en ventaja. El gol de Fermín fue muy merecido, dado el esfuerzo y dedicación que había demostrado durante todo el partido.

En un patrón recurrente observado en los últimos partidos, la ventaja del Barcelona resultó efímera, empañada por vergonzosos errores individuales. El primer error garrafal lo cometió Ter Stegen, cuyo fallido intento de interceptar un pase acabó con la posesión de Hugo Duro e igualó el marcador. Pese a las disculpas de Ter Stegen, el daño ya estaba hecho.

El partido rápidamente se tornó tormentoso para el Barça, a lo que se sumó la imposibilidad de Araújo de interceptar otro balón en largo, lo que desembocó en un claro penalti sobre Peter. Pepelu convirtió el penalti, dejando al Barcelona en desventaja, recordando decepciones pasadas.

Aunque el Barcelona mereció igualar el marcador en el descanso, golpeando el poste mediante Araújo y obligando a Mamardashvili a actuar, el portero del Valencia vio la roja por una mano fuera del área, reduciéndolos a diez hombres.

Xavi actuó con rapidez, introduciendo a Iñigo Martínez y Sergi Roberto, lo que propició el empate de Lewandowski en un saque de esquina. A pesar de la resistencia del Valencia, la persistencia del Barcelona dio sus frutos cuando Lewandowski anotó de nuevo con un cabezazo en otro córner, seguido de un cuarto gol, sellando una victoria muy reñida. La afición celebró con júbilo, reconociendo la perseverancia del equipo en medio de la adversidad.

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