Hace unos meses, los analistas políticos de toda Cataluña predijeron unánimemente que la inmigración sería un tema fundamental en la próxima campaña electoral. Sin embargo, a sólo cuatro días de su conclusión, sus pronósticos han resultado inexactos y los principales candidatos han eludido en gran medida el tema.

Contrariamente a lo esperado, los principales candidatos, que están preparados para conseguir los resultados más significativos en las próximas elecciones del 12 de mayo, han optado por mantenerse alejados del debate sobre la inmigración.

Esta desviación de las expectativas es sorprendente, especialmente si se compara con acontecimientos políticos recientes en otras regiones. En Inglaterra, por ejemplo, las políticas conservadoras de Rishi Sunak, particularmente en materia de inmigración, llevaron a su caída en medio de la campaña municipal, cuando detuvo de manera polémica a solicitantes de asilo para reubicarlos en Ruanda. De manera similar, en Francia, la inmigración sigue siendo un tema muy polémico en la rivalidad de Emmanuel Macron con Marine Le Pen. Sin mencionar la retórica divisiva y las acciones de Trump con respecto a la inmigración a lo largo de la frontera con México.

Mientras tanto, el discurso actual en la campaña catalana parece centrarse en diferentes temas. Por ejemplo, el Partido Popular (PP) atrajo recientemente una multitud de unas tres mil personas en el barrio de Llefià de Badalona. A pesar de que la inmigración es una plataforma clave para el candidato a la alcaldía del PP, Xavier García Albiol, los discursos durante el evento omitieron notablemente cualquier referencia explícita a la población inmigrante.

Del mismo modo, la campaña de Carles Puigdemont, llevada a cabo al otro lado de la frontera, ha evitado en gran medida profundizar en la cuestión de la inmigración. Incluso en su mitin en Argelers de la Marenda, dedicado a simpatizantes y miembros del partido de la Cataluña central, Puigdemont dedicó sólo un breve segmento de dos minutos al tema. En particular, cedió la palabra a Ennatu Domingo, miembro de Junts nacido en Etiopía y actualmente sexto en el censo electoral del partido en Barcelona, que pronunció un discurso íntegramente en catalán.

Los candidatos han evitado entrar en el terreno de juego de Vox y Aliança Catalana.

Poco antes del inicio de la precampaña, Junts, probablemente impulsado por el surgimiento de la candidatura xenófoba de Alianza Catalana, emitió una demanda al gobierno central: conceder a la Generalitat plena autoridad sobre la inmigración. Esta autoridad abarcaría el control de las llegadas y asentamientos en Cataluña, incluida la facultad de expulsar a personas si se considera necesario. La propuesta provocó una indignación generalizada, a pesar de que tanto sus defensores como sus detractores reconocieron la inalcanzabilidad de un control total sobre los flujos de inmigración en el contexto europeo actual.

Durante su discurso en Argelers el pasado jueves, Puigdemont se abstuvo de dirigir directamente la demanda al Gobierno central. Sin embargo, dentro del contexto de su discurso sobre inmigración, destacó una disparidad percibida y afirmó: “Hay un desequilibrio brutal; Lo que está pasando en Cataluña es injusto”. ¿Estaba insinuando que el Ministerio del Interior dirige intencionadamente más inmigrantes a Cataluña que a otras regiones de España? La interpretación siguió siendo ambigua y no surgió ninguna claridad de sus comentarios.

Paralelamente, mientras se desarrollaba el acto en Argelers, militantes de Vox convocaron el sábado una importante concentración en Salt, a la que asistieron el líder del partido, Santiago Abascal, y Jorge Buixadé. En medio de una presencia considerable de los Mossos d’Esquadra, los partidarios de Vox denunciaron la inmigración en un municipio donde, oficialmente, el 37% de la población nació fuera de España (aunque las cifras reales pueden diferir). En este suburbio de Girona, Vox consiguió cuatro escaños en el consejo, uno más que en la legislatura anterior. De las declaraciones realizadas en el encuentro, quizás la más destacable fue la del diputado y principal candidato de Vox por Girona, Alberto Tarradas, que afirmó que “la cultura catalana disminuye donde prevalece la inmigración descontrolada”.

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